Planificando…

passo-stelvio_pPodría decir que una vez descansamos del viaje anual que realizamos para conocer lugares y sobretodo puertos míticos con la bicicleta ya empezamos a pensar en el año siguiente. Podría decirlo, pero mentiría. La pura verdad es que de regreso a casa, con las piernas todavía cansadas y las bicicletas en la parte de atrás, ya le estamos dando vueltas a la próxima aventura.

Es a partir de entonces cuando empezamos a hacer nuestra particular carta a los reyes magos. «Pirineos? Alpes? Dolomitas?»  Siempre hay rincones en los que no hemos estado y que conocemos de etapas épicas, de paisajes inimaginables, de carreteras empinadas. Algunos destinos están cerca. Otros no tanto. Incluso los hay que están lejísimos. Tan lejos que tiempo atrás fueron propuestos y descartados por la locura que significaba viajar hasta allí.

Pantani-e1494369381335Pero siempre hay opciones de acercar esos lugares lejanos mediante un viaje en avión, por ejemplo. Es en ese momento, cuando ves que todo podría cuadrar, que se dispara la adrenalina y se propone al resto la locura en forma de viaje ciclista para el año siguiente. Afortunadamente, como la locura es contagiosa, rápidamente se consiguen adeptos y se inicia entonces el disfrute de la planificación.

La búsqueda del mejor (y más barato) vuelo posible. El bucear por buscadores de hoteles hasta hallar el que más convenga, y si es con desayuno mucho mejor. Empezar a mirar donde habrá que alquilar las bicicletas y el coche que nos acerque el aeropuerto al «cuartel general». Y, como no, la definición de las dos o tres etapas que servirán, antes que nada, para motivarnos a entrenar hasta el mes de junio, sabedores que si no se hacen los deberes se puede pasar muy mal el día D.

Y es que, como decía Mark Twain: “Dentro de veinte años estarás más decepcionado de las cosas que no hiciste que de las que hiciste. Así que desata amarras y navega alejándote de los puertos conocidos. Aprovecha los vientos alisios en tus velas. Explora. Sueña. Descubre”