Dolomiteando… (1)

Desplazarse a los Dolomitas es hacerlo venerando al rey Stelvio, temiendo al Mortirolo y respetando al Gavia. Tres mitos convertidos en objetivos que han servido de motivación los meses previos para pedalear mucho bajo techo, bastante bajo la lluvia y casi nada a una temperatura deseable.

IMG_20180615_082644Viajamos en avión a Milán y desde allí tenemos 3 horas en coche hacia Bormio, nuestro centro de operaciones y lugar de ensueño para todo aquel a quien le guste la bicicleta y, especialmente, subir puertos, nos va desvelando poco a poco lo que vamos a encontrar: montañas muy altas. El valle de Valtellina, con sus cepas colocadas en terreno escalonado, es todo aquello que se puede soñar para dos, tres o, si las piernas y el trasero aguantan, quizá más días pedaleando por sus inmediaciones.

La cultura italiana, tan parecida a la nuestra, nos asegura mesa en los restaurantes a cualquier hora para cenar, y que el 95% de los locales sirvan pasta y pizza simplifica mucho las cosas cuando hay que decidirse por un sitio u otro.

Con una bicicletas alquiladas, que en algunos casos son mejores que las nuestras, y un trato exquisito por parte de la empresa que las gestiona, empezamos una primera jornada donde el objetivo es coronar el Mortirolo por Mazzo de Valtellina y el Gavia por Ponte di Legno. El kilometraje debería ser de unos 112, pero el desnivel superará los 3.000 metros. Y eso es lo que realmente asusta. Durante la salidas preparatorias en casa hay que subir 4 puertos para conseguir «sólo» unos 2.000…

IMG_20180616_083252Nuestra perspicacia nos indica, después de ver a cientos de ciclistas, que no sólo no somos los únicos que tenemos objetivos ciclistas ese fin de semana, sino que hay un montaje muy grande de una empresa que se llama climbingforlife.be. Una maravilla coincidir… Todos los recorridos que se pueden hacer marcados al detalle y además la vidilla que da subir siempre con más gente… aunque no entiendas nada de lo que dicen, pues eran belgas y holandeses en su mayoría.

El inicio es fantástico. Se rueda en bajada y llano los primeros 30 kilómetros por una carretera en muy buen estado y que transcurre paralela a la vía principal. Lo que significa que prácticamente no nos cruzamos con ningún coche. Hay tiempo de calentar las piernas pero sin cansarlas, temperatura ideal… justo lo que uno sueña cuando planifica rutas así.

La entrada a Mazzo ya deja vislumbrar lo que espera. Carretera estrecha, pero en bastante buen estado y sobretodo empinada. El GPS empieza a marcar porcentajes de 10, 11, 12, 13%… sí, ésto es el Mortirolo. Es el momento de poner ese gran invento del ser humano: el piñón de 32 dientes. Qué maravilla. La velocidad es de 7km/h pero las piernas no sufren. Este dato ante un puerto de 12 kilómetros donde el porcentaje difícilmente baja del 10% es muy importante.

IMG_20180615_122423_HDRSi algo «bueno» tiene el puerto es que es muy regular… casi nunca baja del 10%, pero no se suele ir mucho más arriba… vamos, que no tiene los puntos al 24% del Angliru… pero es una tortura contínua que se puede resistir si se guardan fuerzas desde el primer momento. Uno de los temas graciosos del puerto es que, como se ve que es costumbre en la zona, numeran las curvas, las tornanti, de mayor a menor, para que sepas cuánto te queda. El detalle es que quien numeró las del Mortirolo se dejó bastantes y eso moralmente fastidia un poco.

IMG_20180615_124601_HDR_2Con todo, poco a poco, e incluso con algún pique incuído con algunos de los de la marcha paralela, se consigue coronar. La sensación es de sorpresa agradable pues esperaba un puerto menos bonito. Las vistas desde la cima son preciosas y la animación de gente que hay también ayuda.

Una vez recuperados, descenso hacia Monno y de allí, por una carretera algo «pestosa», hacia Ponte di Legno. Quizá el peor tramo de carretera, con bastantes coches y en ligera subida, que hemos hecho en las dos jornadas. Ya en Ponte di Legno la zona antigua ofrece terrazas para descansar y comer antes de seguir cruzando el pueblo y enlazar con el inicio del Gavia.

IMG_20180615_174818El Gavia es duro. Y largo. Y alto. Y cansado. Y tiene un túnel que es la peor experiencia que se pueda vivir encima de una bicicleta: al 10% y lo más oscuro que uno pueda imaginarse. Pero también es precioso. La vegetación es abundante. El agua corre por todas partes. La nieve hace su aparición a pocos kilómetros de la cima. La temperatura va bajando. Pero el espectáculo es precioso. Sabíamos a lo que íbamos…

IMG-20180615-WA0019Una vez arriba no hay que entretenerse mucho. Empieza a hacer frío de verdad. El descenso es rápido y genial. Son cerca de 25 kilómetros hasta Bormio sin dar una sola pedalada, pasando por enmedio de algunos pueblos. La primera jornada, tan dura como era de esperar, está finiquitada. Seguidamente ducha y… pizza o pasta?