Montserrat

Resultado de imagen de montserratHay lugares a los que, por muchas veces que se vaya, siempre desprenden esa magia que los hace especiales. Sitios que quizá no tengan esa tradición ciclista que sí poseen otros, ni esa dureza que hace épico el llegar hasta la cima, pero que el solo hecho de nombrarlos ya produce cosquilleo en el estómago.

Montserrat es uno de ellos. Mítico y cercano por igual. Duro y asequible a la vez. Con un asfalto perfecto y, aunque pueda parecer mentira, yendo en horas bien escogidas, sin agobios de tráfico. Sí, de verdad. Obviamente subir un domingo por la mañana no sea lo más adecuado. Pero cualquier otro día, o a media tarde, se puede disfrutar de la subida sin sobresaltos.

Su inicio siempre impone. Esas primeras rampas hacen que las piernas duelan y no es hasta pasar por debajo de la estructura metálica que se puede empezar a respirar algo más tranquilo. Entonces empieza el disfrute. Curvas, tramos donde se ve lo que espera y que parecen más de lo que en realidad es, zonas sombrías, alguna fuente…

Llegar hasta las barreras del párking puede parecer sinónimo de victoria, y más después de haber superado la terrible rampa conocida como «la pared seca». Pero la ascensión aún guarda un último cartucho para demostrar su dureza: un último kilómetro y medio hasta el monasterio que aunque discurra entre los coches aparcados y gente caminando sigue siendo bastante empinado.

Una vez en la esplanada del monasterio es imperdonable no hacer alguna foto con esos picos redondeados que lo envuelven todo, además de sentarse a contemplar un paisaje plagado de extranjeros y paz. Allí es donde el corazón transmite algo diferente. El cuerpo pide descansar, mirar, enorgullecerse de haber vencido otra vez a la montaña.

Laura Gonzalez Garcia (Laura inBianco photography)

La ascensión es también la escogida por el sector cicloturista catalán para despedir la temporada en la ya clásica Diada Montserratina, donde se corta la carretera a los vehículos a motor y se da la oportunidad de conseguir un ansiado pin a todo aquel que venza al coloso.