EnaMURado…

Cervera es una de esas ciudades que conocía por referencias como «La Passió» que escenifican en Semana Santa o por ser la cuna de los hermanos Márquez, esos alegres muchachos que no se cansan de ganar carreras en el mundial de motociclismo.

Ahora ya tengo una nueva referencia por la que siempre la recordaré: la Clásica de los MURS de Cervera. Una marcha cicloturista que, organizada por un club de la ciudad, ciuda todos los detalles hasta el punto de no tener nada que envidiar a aquellas que montan empresas especializadas. Al contrario, en Cervera tienes todo lo que te podría ofrecer una de esas marchas que tan de moda se han puesto, especialmente a golpe de márketing, y además de ofrecen, te regalan un trato humano de esos que cada vez cuesta más encontrar.

La sonrisa en la cara de los voluntarios y voluntarias desde que está amaneciendo en la recogida de dorsales hasta que a media tarde siguen repartiendo macarrones con tomate y «pa amb tomàquet» con embutido. La actitud en los avituallamientos de personas que se notan que han estado en el otro lado, que saben lo que quiere el cicloturista, que tanto te rellenan el bidón como te aconsejan como afrontar el próximo tramo según sea el terreno o el viento que te vayas a encontrar. Eso no lo pagamos en la inscripción básicamente porque es impagable.

Con 700 participantes esta misma semana llegaron cupo que habían previsto como máximo. Una cifra que podría parecer pequeña en otras grandes marchas pero que en Cervera es clave para no sobredimensionar la prueba y poder atender a quienes participan de la mejor manera posible: con detalles como el café con bizcocho a primera hora de la mañana, con avituallamientos donde los últimos clasificados pueden comer y beber lo mismo que los que han llegado antes y con una zona de comida final sin estrecheces ni colas y con un menú más que digno.

El recorrido es simplemente espectacular. Prometen algo diferente, no esos puertos largos que siempre buscamos sino muros, al estilo de las clásicas del norte, y vaya si cumplen lo prometido. 18 en el caso de la marcha larga, 9 en la corta. Como es difícil memorizar la situación y dureza de cada uno de ellos además entregan una pegatina que poner en el cuadro para que siempre te puedas situar. Otro detalle que agradecer, y ya van…

Carreteras en su mayoría desiertas, cruces señalizados y con más voluntariado, la policía vigilante y echando todas las manos que pueden… hasta la climatología, tan cambiante en los últimos días, se apunta a participar de esta fiesta del cicloturismo.

Soy de los que en las encuestas de valoración acostumbro a poner un 9 cuando algo me ha gustado mucho, porque entiendo que la excelencia cuesta alcanzarla. A los Murs de Cervera le pongo un 10.